Muy queridas familias:
En esta ocasión queremos acompañarles en la oración para estos días de resguardo. Esperamos podamos acompañarles y ayudarles a reflexionar.
Lo primero es disponer un espacio para la oración, un pequeño altar, les invito a que le pregunten a sus pequeños y pequeñas ¿Cómo es altar del colegio? ¿Qué cosas tiene? ¿Para qué lo utilizan? De ese modo, ellos mismos junto a ustedes podrán armar este pequeño altar para la oración.
Para comenzar nuestra oración, hay algo muy importante, algo que hacemos cuando nos encontramos con un buen amigo, porque nos alegramos de verlo y porque lo queremos.
Saludamos a Jesús:
+ En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Para esta semana utilizaremos la lectura de Juan 9, 1-7. Pueden leerlo en la Biblia o, ver este video que presenta la curación del ciego de Nacimiento.
Reflexionamos:
Jesús vio a este hombre que era ciego de nacimiento y quiso ayudarlo, sus amigos le preguntaban si había hecho algo malo, y si por aquello el estaba ciego. Jesús les explica que no, que este hombre era ciego para que el poder de su Padre, Dios, pudiese manifestarse.
A veces, en medio de las dificultades y los problemas, se nos hace muy difícil ver la presencia de Jesús, por eso hoy, Él nos dice que es la Luz, que nos ilumina y guía nuestro camino.
Como cuando encendemos el cirio, al iniciar nuestra oración, lo hacemos porque creemos de corazón que Jesús está allí en esa luz y nos ilumina. Tratemos en este tiempo de ver la luz de Jesús en lo cotidiano, en el compartir con mi familia en casa...
En este momento, podemos contarle a nuestro amigo Jesús aquellas cosas que nos preocupan, también las que nos alegran y por las que queremos agradecer. Las compartimos en voz alta y luego dejamos un ratito de silencio.
Terminamos juntos rezando la oración de San Ignacio: